ABLANDAR VANS

Ablandar vans

Es bastante significativa la historia de la marca Vans. El espíritu emprendedor de dos hermanos permitió que una modesta empresa familiar se transformara en un gigante multinacional que mueve miles de millones de dólares al año.

Vans es moda, es variedad, es color; marca el estilo de la vida urbana moderna. Esta firma ofrece al público consumidor una gran variedad de productos que incluyen ropa, accesorios y, principalmente, calzados.

Zapatillas, botas y botines se cuentan entre parte de la producción de Vans. Como todos los calzados, en ocasiones los creados por esta marca requieren de ciertos ajustes que nos permitan hacernos sentir más cómodos.

Trucos para ablandar Vans

Unos zapatos nuevos pueden convertirse literalmente en un verdadero dolor de pies e impedir desplazarnos con comodidad. Salir a la calle calzados con unos Vans recién comprados no tiene por qué convertirse en una tortura.

Ablandar un par de calzados Vans puede constituirse en una experiencia gratificante al caminar y lucir cualquiera de sus productos hechos para nuestros pies. Solo hay que valernos de algunos sencillos trucos.

  • Usar el calor del secador de pelo.

Un elemento que permite  lograr la característica suela waffle de los Vans es el calor, utilizado a través de un proceso conocido como vulcanización, que además garantiza la duración del producto.

También será la aplicación de calor, haciendo uso del secador de pelo, uno de los artificios que nos permitirá suavizar la dureza original con la que es vendido cada par de zapatillas Vans.

Es ideal sobre todo cuando se trata de zapatos de piel. Aplicarles algo de calor  hace posible lograr un ajuste perfecto de cada zapatilla a la forma y talla de nuestros pies.

La mejor manera de suavizar ese par de zapatos que no calza como debe ser, que nos produce molestias y nos genera ampollas, es siguiendo estas instrucciones:

  • Lo primero es ubicar en cada zapatilla la zona en la que nos aprieta o pega en demasía.
  • Con el secador a calor medio, calentamos cada área que nos incomode de la zapatilla, comenzando por la parte trasera.
  • Esperamos a que la zapatilla esté lo suficientemente caliente y que se haya ablandado.
  • Para protegernos del calor y evitar quemaduras en los pies, usamos un par de calcetines gruesos; si no los tenemos, podemos ponernos dos pares de otro tipo de calcetín.
  •  Nos calzamos las zapatillas Vans y caminamos cuanto sea necesario para que se enfríen.
  • La caminata hará que la parte del talón se suavice y se adapte a la forma del pie, con lo que el ajuste resultará ser más adecuado y cómodo.
  • Este truco lo podemos volver a poner en práctica tantas veces como deseemos, hasta comprobar que el calzado nuevo tiene el tamaño y la forma que más se ajustan a nuestros pies.

Después de este procedimiento, seguro que salir a dar un paseo será algo placentero, sin malestares que perturben nuestra caminata y sin necesidad de tener que hacer paradas a cada momento para descansar del dolor en los pies.

  • Pueden servir solo el par de calcetines para ablandar los Vans.

Puede ocurrir que no contemos con un secador de pelo en nuestro hogar; pero no tenemos que angustiarnos por ello. Para ablandar los Vans nuevos puede servir solo el par de calcetines gruesos.

Ese par de calcetines cumplirán dos funciones a un mismo tiempo: amortiguarán cualquier roce indebido de las zapatillas en nuestros pies y permitirán darles la forma más conveniente para que ajusten adecuadamente.

Tengamos en cuenta que:

  • Podemos usar un par de calcetines gruesos o dos pares de los que usualmente llevamos puestos cuando nos calzamos los zapatos.
  • Una vez que nos hayamos puesto los calcetines, procedemos a ponernos las zapatillas recién compradas.
  • Si son zapatillas de trenza, debemos cuidar de no atarlas muy fuerte para que mantengan cierta elasticidad y puedan ajustarse de forma cómoda a los pies.
  • Podemos usar las Vans nuevas en estas condiciones durante 1 o 2 horas estando en casa. También, dar paseos cortos, ir a hacer compras a sitios cercanos o caminar un rato alrededor de nuestra casa, si ello es posible.
  • Poco, pero repetido a menudo: puede ser una fórmula efectiva.

El uso corto, pero repetido, de las zapatillas nuevas puede promover que se suavicen quizás en menos tiempo de lo esperado. No se requiere que los calcetines sean gruesos; los normales, los de todos los días, pueden servirnos.

Solo tenemos que:

  • Ponernos las Vans nuevas con los calcetines que sean de nuestro gusto.
  • Si son zapatilla de cordones, debemos atar estos procurando mantener la comodidad en el ajuste a nuestros pies.
  • Las primeras veces, nos calzamos y caminamos con las Vans por cortos períodos, procurando no distanciarnos mucho de nuestra casa.
  • Si sentimos incomodidad, dolor o un molesto roce, nos quitamos el calzado y dejamos descansar los pies.
  • No hay un número determinado de veces en los que podamos poner en práctica este truco; todo dependerá de nuestras posibilidades y las ganas de ablandar las Vans nuevas.
  • No es una mala idea doblar las zapatillas para someterlas.

Ya mencionamos el proceso de vulcanización al que son sometidas las zapatillas Vans; este permite darles resistencia y prolongar su duración, respondiendo de manera efectiva al ritmo de vida que los tiempos modernos.

La vulcanización provee también un mejor agarre de las suelas a cualquier superficie, con lo que están garantizadas nuestra estabilidad y la seguridad de no sufrir peligrosos resbalones.

Si nuestras zapatillas son duras, podemos devolverles un poco de su propia medicina y ser algo duros con ellas hasta lograr suavizarlas. El truco consiste simplemente en:

  • Tomar la punta de una de las zapatillas con una mano y la parte del talón con la otra, sosteniéndola firmemente.
  • De manera lenta, pero firme, vamos doblando la zapatilla hacia adentro, haciendo presión, como si quisiéramos unir los dos extremos.
  • Dejamos de hacer fuerza cuando notemos que la zapatilla opone resistencia.
  • Con esta operación lograremos que las suelas de las zapatillas se adecúen a la curvatura de nuestros pies.
  • El proceso se completa repitiendo los pasos en la otra zapatilla.

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