La piel, permanentemente, está expuesta a los factores ambientales: calor, frío, polvo, humedad, contaminación; en fin, a la influencia de toda una serie de elementos que pueden afectarla de manera negativa y provocar reacciones adversas.
Pero no son solo los factores externos los causantes de trastornos cutáneos. El estrés, una alimentación inadecuada, los cambios hormonales o la falta de un sueño placentero y reparador pueden constituirse en detonantes de alteraciones de la piel.
Entre las reacciones negativas se encuentran los quistes sebáceos, lesiones tumorales de carácter benigno; observables a nivel de la epidermis, la capa más superficial de la piel.

Estos quistes son muy comunes en personas cuya piel es proclive a acumular más grasa de lo que normalmente ocurre en otras. No escapa tampoco el factor genético como elemento subyacente tras la aparición de los quistes sebáceos.
No puede definirse una franja etaria en la que puedan hacer su aparición; sin embargo, la adolescencia está marcada, en ambos sexos, por el aumento de la aparición de estas anomalías dérmicas.
Al igual que en la adolescencia, la menopausia es un período en el que la mujer sufre de alteraciones y cambios hormonales que pueden predisponerla a sufrir con mayor intensidad de quistes sebáceos.

Ablandar un quiste sebáceo: ¿cómo hacerlo?
Cómo ablandar un quiste sebáceo es una pregunta que halla respuesta en múltiples recetas caseras de fácil preparación y aplicación. Aunque siempre es bueno esperar a que lo haga por sí mismo.
En algunos casos, por sus características y la posibilidad de una infección o causar lesiones más graves a la piel, es mejor dejarlos en manos de los profesionales de la medicina.
Una forma muy común de ablandar un quiste sebáceo, sobre todo cuando aún es pequeño, es aplicarle calor húmedo, lo que hace más fácil romper la membrana de piel que lo recubre y drenarlo.
Al hablar de calor húmedo, no se trata de aplicar agua caliente a temperaturas que pudieran causar quemaduras a la piel. En todo caso, nos referimos a toallitas humedecidas en agua tibia.
Se colocan estas toallas sobre el quiste durante unos 20 o 30 minutos, repitiéndose la operación de 3 a 4 veces diariamente.
Si se desea, y es posible hacerlo, en vez de la toallita tibia se puede usar una bolsa de agua caliente o una almohadilla de calor; cualquiera de ellas, colocada sobre una toalla humedecida con agua a temperatura ambiente.
Fórmulas herbolarias para ablandar quistes sebáceos
El herbolario natural ofrece el aceite del árbol de té como opción para ablandar un quiste sebáceo. Las propiedades antiinflamatorias de este aceite esencial se juntan con el calor que provee, para una sanación más rápida.
Además, el aceite del árbol de té previene cualquier infección que pudiera generarse dado que posee cualidades antibacterianas y cicatrizantes.
Una aplicación del aceite del árbol de té dos veces al día proporcionará alivio al malestar provocado por el quiste sebáceo, además de ablandarlo; es suficiente con realizar fricciones en el área perjudicada, untando los dedos con el aceite algo tibio.
Otra forma de usar este remedio natural consiste en poner unas gotas en un trozo de algodón y frotar la zona afectada las veces que sean necesarias, hasta lograr que el quiste desaparezca.
Si en el herbolario hay alguna planta que puede considerarse maravillosa, esa es la de aloe vera; son cuantiosos los usos medicinales y las propiedades de este vegetal. Sus cualidades curativas la hacen ser una planta única.
En el tratamiento del quiste sebáceo, el aloe vera sirve de antiinflamatorio, calmante y alivia cualquier dolor producido por el tumor. Al igual que el aceite del árbol de té, el aloe vera tiene propiedades antibacterianas.
En crema o en gel, el aloe vera aplicado al quiste sobre la piel, inmediatamente después de haberlo tratado con calor, los resultados que produce son realmente sorprendentes.
Las soluciones que pone en nuestras manos el herbolario para curar los quistes sebáceos incluyen el uso del aceite de ricino, considerándosele muy efectivo, pues calma el escozor que provocan, a la vez que mitiga la irritación.
Fácil de usar, solo hay que empapar un trozo de algodón con unas cuantas gotas del aceite de ricino y aplicarlo directamente sobre el quiste.
El tratamiento con el aceite de ricino se completa colocando una bolsa llena con agua a una temperatura algo más que tibia, pero que no produzca daños a la piel, justo encima del algodón, haciendo una ligera presión.
Para ablandar y reducir un quiste sebáceo también es apropiado el uso de vinagre de manzana. Durante algunos días, se coloca un poco de este líquido en la zona afectada, aplicado a un esparadrapo o un trozo de algodón.
Al cabo de algún tiempo, al retirar el esparadrapo, se notará una costra dura que habrá que quitar para poner un nuevo trozo de tela empapado en vinagre de manzana, el cual se retirará cinco días después.
Otra de las plantas recomendadas en el ablandamiento de los quistes sebáceos es el hamamelis, con características bactericidas, hidratantes, antiinflamatorias y cicatrizantes, que la hacen óptima para el cuidado de la piel.
Entre otras cosas, las hojas y la corteza de hamamelis son usadas en pro de una mejor circulación sanguínea, lo que la convierte también en un excelente aliado en el tratamiento de várices y otras anomalías vasculares.
La solución menos recomendada
Otra manera de ablandar estos quistes consiste en pincharlos con un objeto esterilizado, con mucho cuidado, lo que hará que exude todo el líquido contenido en su interior.
Tomando en consideración lo radical de este método, hay que estar seguros de que es un quiste sebáceo y no algo que pudiera generar consecuencias que comprometan nuestra salud.
Este método no es precisamente el más recomendado, dado los peligros que comporta. Es preferible prevenir el quiste sebáceo al asumir un estilo de vida saludable, en los que se respeten los horarios de sueños y de comidas.
También, como norma preventiva, la higiene corporal debe hacerse a diario con productos de calidad, carentes de ingredientes que puedan propiciar la excesiva producción de grasa dérmica.
Ante cualquier abultamiento que se observe en la piel, para mayor seguridad, lo más prudente y recomendable es solicitar la opinión de un especialista en medicina.
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