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MesaLuísa – Recetas y mujeres de todos los tiempos es el ejercicio de reinvención que propuso Luísa Villar para escribir un libro a partir de su programa de televisión en el SIC Mulher, el Mesa Luisa, que era diferente del libro de cocina tradicional.
Aunque es una apasionada de todo lo de la tradición –le gustan las recetas antiguas–, no ha querido hacerlo en vano. Por tanto, y aunque noComo ninguno de los personajes es real, Luísa Villar se inspiró en decenas de historias de mujeres increíbles que vivieron en la primera mitad del siglo XX.

Las recetas, como el tradicional arroz de pato o la sabrosa sopa de pescado, casi todas eran extraídas de libros de esa época, algunos publicados, otros no, que él ha adaptado a la actualidad.

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¿Cómo surgió tu fascinación por las antiguas recetas?
Me ha gustado cocinar desde pequeño, mi abuela me regaló el libro de Isalita Dulces y Cocina cuando era muy joven. Éste fue mi primer libro de cocina. A partir de entonces, siempre que encontraba un libro que no tenía, lo compraba. Pensé que podría aprender más de los cocineros antiguos que de los modernos, que utilizan técnicas e ingredientes complicados.
¿Cuáles eran (y son) tus referentes en la cocina?
Tuve varias: Dulces y Cocina, de Isalita, Cocina portuguesa por António Maria de Oliveira Bello (Olleboma), el Pantagruel por Berta Rosa Limpo, Tratado completo de cocina y despensa de Carlos Bento da Maia, entre otros muchos.

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¿Cómo surgió esta idea de inspirarse en mujeres de distintos estamentos y épocas sociales?
Porque en estos libros no sólo hay recetas, también hay consejos y opiniones de mujer a mujer, como si todos formaran parte de un gran club y se ve claramente que hablan con mujeres de una determinada clase social, es fácil imaginar escenario detrás de estos libros.
¿Qué te pareció más fascinante de los antiguos libros de cocina que buscaste para inspirarte en ese libro?

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¿Qué plato reconfortante diría que elegiría del libro? ¿Es porqué?
Casi todas las recetas son platos reconfortantes, las recetas eran así, se hacían con el tiempo, para mimar a los seres queridos, pero si debía escogerlos, quizás arroz de pato. Es un plato que lleva trabajo, pero a quienes les gusta el arroz de pato, un buen arroz de pato te hará ir al cielo. Pero también me encantan los huevos verdes con arroz de guisantes, me hacen viajar a mi infancia.

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¿Cuál es el mayor reto de hacer un libro de cocina?
Esto es todo… Seleccione primero las recetas, es decir, ¿por qué ésta y no aquella? Entonces, en estos libros donde no había cantidades ni tiempo de cocción, es necesario hacer todas las recetas y anotarlas, y finalmente las fotografías, estas recetas son casi todas «comida de sartén», es decir, no son muy agradables cuando se sirven. el plato. Por tanto, hay que contar con una gran ayuda profesional. Tuve la suerte de contar con Bárbara Tomaz, que además de ser una excelente fotógrafa lo es estilista gastronómico y logró hacer milagros.
¿Cuál es la receta más antigua de este libro?
Es muy difícil decirlo. Hay que tener en cuenta que las recetas populares se transmitían de boca porque la gente no sabía escribir. De ahí tenemos las primeras recetas escritas por los monjes de los conventos o los escribas de los palacios. Luego vienen los libros de cocina de los cocineros de reyes, una vez más para una clase alta. Los libros de cocina para la clase media aparecen exactamente en los años 20: Isalita en 1925, Olleboma en 1936. Esto no significa que la receta de sopa de pollo o arroz de pato nació en 1925, ciertamente ya existía, pero António Oliveira Belo y Dª. Isabel y su amiga Ángela, las escribieron en sus respectivos libros, haciendo así pasar estas recetas a la posteridad.

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