¿Quién fue el primer representante del empirismo inglés?
Al mismo tiempo que en Europa hacia furor el idealismo racionalista, se desarrollaba en Inglaterra, entre los siglos XVI y XVIII, una filosofía con características propias que, a veces, incluso polemizó con la Continental. Por una parte hubo un interés fundamental por el conocimiento y por la filosofía del Estado, pero por otra -y en esto reside, quizá, su máxima originalidad- se utilizó como método el empirismo sensualista, es decir, una teoría que defendía la validez de la experiencia y de los sentidos como forma de conocer, el lugar del racionalismo que utilizaban los filósofos del continente.
El primer filósofo que utilizo este método se llama Francis Bacon. Nació en 1561 y fue un personaje muy influyente durante el reinado de Isabel I. Fue abogado de la Corona y Fiscal General, aunque también conoció la cárcel por algún tiempo.
Su filosofía supone la culminación del concepto de ciencia que había introducido el Renacimiento.
Lo que se proponía era crear una nueva lógica, pues pensaba que la aristotélica estaba ya gastada. La sabiduría antigua, según él, solo conducía a una mera especulación sobre cosas inservibles, en lugar de proporcionarnos verdades basadas en hechos.
Para alcanzar el conocimiento de la naturaleza, debe empezarse por aceptar su servidumbre, pero también es preciso desembarazarse de una serie de impedimento, lo que he llamaba idola, que nos impiden ver las cosas como son.
Estos idola son las falacias que engañan a los sentidos: La situación de cada individuo, los condicionamientos de la sociedad y del lenguaje y, por último, la influencia que ejercen las autoridades, ya sean políticas o intelectuales.
Una vez liberado de los idola, los sentidos ya están en condiciones de acceder al conocimiento. Posteriormente, una serie de hechos individuales se obtendrán, por abstracción, los conceptos generales de las cosas y las leyes de la naturaleza.
El empirismo a ejercido una enorme influencia sobre la mentalidad moderna, no solamente en el campo de la filosofía, sino también en el de la política.
El escepticismo, las ideas de tolerancia, la ilustración dieciochesca, el utilitarismo y el pragmatismo y, finalmente el liberalismo, hunden sus últimas raíces en el empirismo inglés.