¿Quién ha sido el representante más característico de la filosofía escolástica?
Durante la Alta Edad Media, la filosofía padeció un abandono del que no comenzó a recobrarse hasta el siglo IX con el renacimiento carolingio, en el que aparecen las escuelas, y en ellas un determinado saber teológico y filosófico que será conocido con el nombre de escolástica.
A pesar de ello, la filosofía permanece durante largo tiempo al servicio de la teología, y los temas filosóficos que se tratan tienen su último fin en la demostración de alguna verdad teológica. El representante más destacado de la filosofía escolástica fue Santo Tomás de Aquino, un fraile dominico del siglo XIII.
Santo Tomás se planteó el problema de conciliar la filosofía clásica griega con la teología cristiana y en sus tiempos fue considerado como un pensador avanzado. Posteriormente la Iglesia hizo del tomismo, o doctrina de Santo Tomás, su filosofía clásica y, durante siglos, ha ejercido una férrea influencia sobre los pensadores cristianos, siendo muy difícil escapar de sus límites sin arriesgarse a ser tachado heterodoxo.
Cómo ha sido el sistema medieval más divulgado, la filosofía tomista ha terminado por conocerse con el nombre de escolástica, por antonomasia.
Santo Tomás nació en el Castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, al norte de Nápoles, en el año 1225. Estudio en la Abadía de Montecasino y más tarde en la Universidad de Nápoles. Pertenecía a una familia acomodada que no vio con muy buenos ojos su resolución de ser religioso y trató de impedirlo.
A pesar de ello, en el año 1243, Santo Tomás se hizo fraile dominico y en 1245 marchó a París, donde estudió con San Alberto Magno, otro grande de la escolástica. En 1259 regreso a Italia con el título de maestro de Teología impartiendo después clases en Orvieto, Agnani y Roma. Murió en 1274, cuando se dirigía al Concilio de Lyon. Poco antes de morir, tuvo una intensa experiencia mística que le hizo abandonar su trabajo en la parte tercera de la Summa theologica.

Fue canonizado en el año 1323 y nombrado Doctor de la Iglesia en 1567. Dentro de la Iglesia se le conoce por apelativos tales como Doctor Angelicus y Ángel de las escuelas.
Con Santo Tomás, la filosofía y la teología comienzan a separarse. Aunque la primera se base en el ejercicio de la razón y la segunda en la revelación, como Dios es la suma verdad, se llega a la conclusión de que existe una coincidencia en el objeto considerado por ambas: El conocimiento de lo verdadero, aunque difieran el modo de comprenderlo y estudiarlo.
Para Aristóteles la filosofía era el conocimiento de las cosas por sus causas; Tomás de Aquino pretende llegar al conocimiento de la causa primera: Dios.
Esté saber sobre Dios, valiéndose de la razón, da origen a la teología natural, que es lo que constituye el fundamento de la filosofía tomista.